Mientras algunos esperan como agua de mayo las versiones más recientes del SO de Google, hay millones de usuarios de smartphones con Android que viven tan felices con la versión 1.5 del mismo, una reliquia de hace 3 años, casi una era geológica en el cómputo temporal de la telefonía móvil.
Se llamaba Cupcake y cuando apareció vino acompañada de deslumbrantes opciones para un teléfono inteligencia como la rotación automática del sentido de la pantalla y la posibilidad de subir vídeos a YouTube. Y aún hay más de un millón de usuarios que siguen anclados a ese Android 1.5.
Claro, que la siguiente versión, Froyo, acumula nada menos que 75 millones de usuarios en todo el mundo, lo que no está nada mal para un software de hace dos años. La explicación no puede reducirse a un único factor, aunque parece claro que no todo el mundo que posee uno de estos dispositivos está interesado en mantener actualizado el SO, de hecho es posible que ni sepan de que se les está hablando cuando se les pregunte “¿qué versión de Android lleva tu móvil?”. Seguramente miraran a su dispositivo mientras te contestan “no, yo la funda protectora la compro en el mercadillo de los jueves”.
En parte habrá su tener en cuenta que hay muchos usuarios que no cambian de móvil con tanta asiduidad como otros y si dos años después mantienen el mismo terminal lo más probable es que sea incompatible con las nuevas actualizaciones de Android e incluso encontrarían problemas si tratasen de actualizarlo.
Habría que valorar en su justa medida si esto es algo positivo o negativo. Por un lado queda claro que un móvil de hace 3 años puede seguir siendo totalmente válido, por otro hay que recordar que al otro lado de la omnipresente batalla por el trono del sector, un iPhone3GS (salió en 2009) puede actualizar su SO a la versión de 2012 mientras que Ice Cream Sandwich… en un móvil de hace 3 años… pues va a ser que no. [Google]
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