Científicos de la Universidad de Yale han descubierto una nueva forma de manipular señales de microondas que podrían ayudar, todo a largo plazo, a desarrollar una computadora cuántica, una potente herramienta que revolucionaría el tratamiento de la información a través de una velocidad y un poder sin precedentes.
Al igual que las clásicas, las computadoras cuánticas deben ser capaces de recibir, almacenar y manipular la información con el fin de realizar cálculos. Pero la frágil naturaleza de la información cuántica, que existe como un 0, 1 o ambos al mismo tiempo, plantea desafíos.
En la investigación, publicada en la revista Nature, los físicos de Yale reportan un avance en el desarrollo de mecanismos de memoria.
El avance consiste en fotones, las unidades más pequeñas de señales microondas, que pueden servir como memoria de una computadora cuántica, al igual que la memoria RAM de un ordenador normal. Los fotones pueden transportar y almacenar información cuántica durante mucho tiempo, debido a que interactúan débilmente con el medio de comunicación (cables, aire) por el que normalmente viajan. La debilidad de estas interacciones evita que los fotones sean absorbidos por el medio y conserven la información cuántica, una vez que se hayan codificado.
En el artículo de Nature, los investigadores informan que la creación de un medio artificial hace que los fotones repelan a otros fotones, permitiendo una eficiente codificación no destructiva y, por consiguiente, la manipulación de la información cuántica.
Nuestra experiencia ha demostrado que podemos crear un medio en el que por un lado nos permita manipular el estado del fotón, y por el otro no los absorba, ya que destruiría la información cuántica almacenada en ellosDijo Gerhard Kirchmair, investigador postdoctoral en la Universidad de Yale y autor principal del artículo.
Esto crea una fuente de nuevos estados cuánticos sin necesidad de técnicas de control complicadas y podría simplificar ciertos algoritmos de computación cuántica. A largo plazo podría ser utilizado como un recurso más de los requeridos para construir un ordenador cuánticoEl medio consta de un superconductor qubit acoplado a una cavidad resonante de microondas.
Robert J. Schoelkopf, profesor de Física aplicada en Yale, dirigió el equipo de investigación.
El documento, titulado “Observation of quantum state collapse and revival due to the single-photon Kerr effect“, contiene una lista completa de los co-autores.
El truco para futuros experimentos será encender y apagar a voluntad este efecto, por lo que sólo sucede si queremos que suceda, ya tenemos experiencias en el camino que demuestran que podemos hacerloConcluye Kirchmair.
Vía | Nature
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